Escalofríos sin fiebre: ¿es por el frío?

Los escalofríos son una respuesta del cuerpo a bajas temperaturas, ante infecciones e incluso otras patologías.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Los escalofríos son una respuesta del cuerpo a bajas temperaturas, ante infecciones e incluso otras patologías

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Los escalofríos son contracciones y relajaciones de los músculos que se suceden de forma muy rápida de forma que se padecen ciertos temblores en el cuerpo. Estas reacciones del organismo son uno de los métodos con los que el cuerpo intenta aumentar la temperatura y en muchas ocasiones son un síntoma común antes de la aparición de la fiebre. No obstante, no siempre es así. 

«Los escalofríos se producen sobre todo por dos causas. La primera de ellas es la reacción corporal ante una sensación de frío después de estar expuesto a un ambiente con bajas temperaturas. No son signos de alarma, salvo en casos de hipotermia», detalla el doctor Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

«Por otro lado, también se puede referir a un episodio de temblores, junto con palidez y sensación de frío, producido por contracciones y relajaciones musculares muy rápidas previo a un proceso patológico que curse con fiebre», añade.

Las bajas temperaturas del ambiente provocan la reducción de temperatura en nuestro organismo

Por ejemplo, sufrir escalofríos de un modo frecuente en un corto periodo de tiempo puede ser un indicativo de que el paciente tiene frío por un cambio brusco de temperatura, por una exposición excesiva a bajas temperaturas y su finalidad es incrementar el calor corporal.

Del mismo modo, los escalofríos por bajas temperaturas pueden ir acompañados de un entumecimiento muscular de las partes del cuerpo más expuestas como las manos, los pies o la cara, enrojecimiento de la piel, somnolencia e incluso ardor cutáneo en estas partes del cuerpo. 

Incremento del calor corporal

«Las bajas temperaturas del ambiente provocan la reducción de temperatura en nuestro organismo y los escalofríos son una de las formas que tiene nuestro organismo de generar calor, ya que las contracciones musculares hacen que se consuma energía de una forma muy rápida y con este consumo de energía, se genera calor, que eleva nuestra temperatura corporal», apunta este experto.

Es decir, en este momento, el organismo concentra su energía en mantener la temperatura de nuestros órganos vitales, para ello, se produce una redistribución de la sangre hacia estos órganos, por medio de una contracción de los vasos sanguíneos, de esta forma nuestra piel está pálida.

Los escalofríos con el efecto de producirnos calor ante las bajas temperaturas ambientales son más aislados

Por otro lado, los escalofríos también pueden ser uno de los primeros signos de que que el paciente sufre algún tipo de infección causada por un bacteria o un virus o ante la respuesta del organismo a un medicamento.

«Estos signos se asocian sobre todo las que cursan con fiebre y en ocasiones previamente a la subida de temperatura, ésta se reduce, sentimos una sensación de frío y nuestro cuerpo reacciona con escalofríos para que de una forma muy rápida se eleve nuestra temperatura. Y produciendo la fiebre y se contribuye activamente en la lucha de nuestro organismo contra los microorganismos y las infecciones que provocan», apunta detalla Armenteros del Olmo.

Enfermedades que pueden esconder los escalofríos

Además, este tipo de contracciones musculares también son habituales en episodios de hipotermia, hipoglucemia, ante transfusiones de sangre o si se padece hipotiroidismo.

“Si se presentan síntomas como rigidez en el cuello, confusión, irritabilidad o lentitud y los escalofríos están acompañados de tos fuerte, dificultad respiratoria, dolor abdominal o ardor, o micción frecuente, lo más adecuado es contactar con un profesional sanitario”, advierten desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU.

La realización de una actividad física muy intensa por el agotamiento o la deshidratación o la hipotermia puede generar escalofríos

«La diferencia entre los escalofríos previos a infecciones estaría en que estos caso son muy continuados, incontrolables y van seguidos de la elevación de temperatura por encima de lo normal mientras que en los otros casos son mas aislados y con el efecto de producirnos calor ante las bajas temperaturas ambientales», concluye el doctor.

Por último, aunque mucho menos frecuente también es posible que los escalofríos aparezcan por la realización de una actividad física muy intensa por el agotamiento o la deshidratación o la hipotermia. 

Los escalofríos no son lo mismo que la «piel de gallina»

En este sentido, es importante recordar que los escalofríos no son lo mismo que la ‘piel de gallina’. Así, la ‘piel de gallina’ se produce ante un golpe de frío repentino o por emociones intensas como el miedo por el que los vellos del cuerpo se erizan para generar una capa de aire aislante que ayude a regular la temperatura de forma rápida.

Sin embargo, estas contracciones musculares, aunque una de sus funciones principales también es incrementar la temperatura corporal, no tienen por qué ir acompañados de la ‘piel de gallina’ y pueden ser un síntoma de otras patologías.